The horrific death of George Floyd rocked our nation to the core. In this moment of national mourning and outrage, our hearts are broken with pain, anger and sorrow. Tragically, this isn't an isolated death. Ahmaud Arbery, Breonna Taylor and countless others bear witness to centuries of injustice to blacks and many others.
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The North Pacific Union is committed to standing with all who feel threatened and vulnerable in the face of oppression. The teachings of Jesus compel us to recognize the value and equality of every person. We pledge to advance the mission of sharing hope and wholeness throughout our Northwest churches and communities by fostering an honest climate of respect where no one is valued above another.
As we seek change, let's listen before we speak. Let's understand the honest needs before we act. Throughout the journey ahead, we must lift our voices to help eliminate the pain and suffering caused by racism and prejudice. In our homes. In our social circles. In our church. In our community.
We acknowledge our apathy and complicity in not conscientiously addressing issues of systemic racial discrimination and exclusion in the past. We are sorry for the hurt and frustration our inaction and collective silence have caused within the family of God and the wider community. As God's light in a dark world, we can and must do better in the future.
The tragedies before us are deeply discouraging, and yet we have the opportunity to stand together in this time of sorrow and loss. Together we can embrace the beauty and incredible value of black lives and all people of color who have suffered unjust persecution and oppression for far too long. Today we can embody God's inestimable value for all humanity that He so beautifully expresses in Micah 6:8.
"What does the Lord require of you? To act justly and to love mercy, and to walk humbly with your God."
Yours in grace,
John Freedman
North Pacific Union Conference president
Un llamado al cambio
La horrible muerte de George Floyd sacudió a nuestra nación hasta la médula. En este momento de indignación y duelo nacional, nuestros corazones están quebrantados por el dolor, la ira y la tristeza. Trágicamente, este no es un caso aislado. Ahmaud Arbery, Breonna Taylor y muchos otros son testigos de siglos de injusticia hacia las personas de color y muchos otros.
La Unión del Pacífico Norte está comprometida a apoyar a todos los que se sienten amenazados y vulnerables ante la opresión. Las enseñanzas de Jesús nos compelen a reconocer el valor y la igualdad de cada persona. Nos comprometemos a avanzar en la misión de compartir esperanza e integridad en todas nuestras iglesias y comunidades del Noroeste fomentando un clima honesto de respeto donde nadie sea valorado por encima del otro.
Mientras buscamos el cambio, escuchemos antes de hablar. Comprendamos las necesidades honestas antes de actuar. A lo largo de la jornada, debemos alzar nuestras voces para ayudar a eliminar el dolor y el sufrimiento causados por el racismo y los prejuicios. En nuestros hogares. En nuestros círculos sociales. En nuestra iglesia. En nuestra comunidad.
Reconocemos nuestra apatía y complicidad al no abordar concienzudamente cuestiones de discriminación y exclusión racial sistémica en el pasado. Lamentamos el dolor y la frustración que nuestra inacción y silencio colectivo han causado dentro de la familia de Dios y la comunidad en general. Como la luz de Dios en un mundo oscuro, podemos y debemos hacerlo mejor en el futuro.
Las tragedias ante nosotros son profundamente desalentadoras y, sin embargo, tenemos la oportunidad de unirnos en este momento de tristeza y pérdida. Juntos podemos abrazar la belleza y el increíble valor de la gente de color que han sufrido persecución y opresión injustas durante ya demasiado tiempo. Hoy podemos considerar el valor inestimable de Dios para toda la humanidad que Él expresa tan bellamente en Miqueas 6:8.
"¿Qué pide Jehová de ti: Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios."
Pastor John Freedman
Presidente de la Unión del Pacífico Norte
