ACCION Dios Todavía Hace Milagros

Jesús Soto, recibió la trágica noticia de que le quedaban dos semanas de vida. Los médicos querían hacerle algunas operaciones, según él, para obtener fragmentos de los órganos dañados con fines didácticos. Pero él se negó y les dijo que quería morir tranquilo y "entero," y no permitiría que le arrancaran su cuerpo pedazo a pedazo.

Afortunadamente una familia de la iglesia, amiga de ellos supo del problema y me llamaron por teléfono. Yo les dije que próximamente iría, pero entendiendo la gravedad del asunto y lo urgente del pedido lo visitamos lo más pronto que pudimos. Le presentamos al enfermo, la posibilidad del ungimiento en el nombre del Señor y la aceptó. Se reunió toda la familia, aquello parecía un funeral en vida, sus hijos lloraban porque sentían profunda tristeza, entonces invocamos el nombre del Señor. Lo ungimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y dejamos su vida en las manos de Dios.

Al poco tiempo tuvimos la grata noticia de que el hombre había sido completamente curado, alabado sea Dios. Tenía el cáncer desparramado por todo el cuerpo y cuando fue al médico después de la oración de ungimiento le preguntó: ¿a dónde te fuiste? a lo que él respondió: -Yo fui al médico divino, y no me dió vida por dos semanas, sino que me ofreció vida eterna. Al comienzo de la campaña evangelística realizada en Granger lo presentamos a él y a toda su familia como testimonio de un Dios vivo, que aunque no hace milagros todos los días, obra cuando su santa voluntad lo decide. Llegó esa noche con el papel sosteniendo el testimonio médico de su curación. Actualmente compartimos la Palabra de Dios con él y su familia, buenos hermanos católicos dicho sea de paso, y están creciendo en su fe, para descubrir el propósito por el cual Dios le prolongó su existencia.

Al final de la campaña ocho personas fueron bautizados. Este fue un día de gozo, regocijo y celebración, pues no solamente tuvimos bautismos sino que también celebramos una boda acompañada de mariachis y una sabrosa comida. Damos gracias a Dios porque los mejores tiempos de la iglesia no quedaron en el pasado, sino que los estamos comenzando a vivir. Ansiamos que el Espíritu de Dios continúe derramando bendiciones sobre su iglesia y que la tierra sea iluminada con el poder del evangelio de salvación. Muy pronto estaremos en casa con Jesús, el que sana el cuerpo y perdona al pecador.

Featured in: April 2010

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