"Pero esto digo: El que siembra escasamente también segará escasamente, y el que siembra generosamente, generosamente también segará." 2 Cor. 9:6
¡Es la estación ...! Las exhibiciones navideñas salen cada año más y más temprano, en lo que sospechamos ser intentos de estimular el “espíritu de dadivosidad” cada vez más temprano.
¿Sabías que las personas que son generosas son más felices que sus contrapartes tacañas?
Nos emociona mucho cuando los estudios científicos confirman principios bíblicos. En este estudio, investigadores de la Universidad de Zúrich lograron ligar la generosidad con la felicidad. En este estudio, 50 voluntarios fueron divididos en dos grupos y se les dijo que se les daría una cantidad modesta de dinero. A un grupo se le dijo que gastaran el dinero en sí mismos y al otro grupo se le pidió que regalaran algo de su dinero a alguien que conocieran.
Mientras cada persona — en ambos grupos — estaba decidiendo cómo gastar el dinero, los investigadores midieron la actividad cerebral de cada una de las tres áreas del cerebro: un área donde se procesan el comportamiento pro social y la generosidad; otra área (en el estriado ventral), que está relacionada con la felicidad; y en la corteza frontal, donde se evalúan los costos/beneficios en los procesos de toma de decisiones. Después de realizar las mediciones, se pidió a los sujetos que calificaran su felicidad antes y después del experimento.
Los resultados mostraron que aquellas personas que fueron generosas en sus donaciones informaron ser más felices que antes de que comenzara el experimento. Además, reportaron mayor felicidad que el grupo de control que tenía la intención de gastar el dinero en sí mismos.
Como se informó en Science News, el investigador principal, Philippe Tobler dijo: "No necesitas convertirte en un mártir abnegado para sentirte más feliz. Sólo ser un poco más generoso será suficiente." Si bien este estudio específico involucró dinero, como cristianos, sabemos que la mayordomía también implica el compartir nuestra energía física, nuestro tiempo, alimentos, artículos hecho a mano, y la plétora de recursos humanos, como lo son nuestras sonrisas, abrazos o aún nuestra presencia compasiva.
Algunos de nosotros crecimos escuchando la frase familiar "… Es más bendecido dar que recibir" (Hechos 20:35). Sin embargo, el dar generosamente es mucho más que un refrán religioso que lastimosamente es utilizada y abusada por organizaciones “religiosas” poco éticas. Afortunadamente, nuestro Creador altruista nos diseño para disfrutar plenamente de los beneficios fisiológicos y psicológicos cuando elegimos vivir en obediencia al principio divino de la dadivosidad que Jesús ejemplificó tan hermosamente. ¡Dios se glorifica cuando gozamos de felicidad genuina!
Alabamos a Dios por la fidelidad y generosidad de nuestro pueblo hispano en sus diezmos y ofrendas y por las inconmensurables horas de ministerio voluntario que muchos han ofrecido generosamente este año. La promesa dada, continúa desarrollándose "... Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde" (Malaquías 3:10).
Es nuestra oración que Dios continúe recibiendo gloria extravagante al comprometernos a reflejar Su ley de la dadivosidad celestial mientras seguimos ofrendando con gozo — con corazones agradecidos — nuestra energía vital, tiempo, dones espirituales, recursos financieros y el amor divino hacia los demás para seguir edificando el Reino de Dios. ¡Maranata!