Hay pasajes Bíblicos que impactan todo el tiempo, uno de ellos que me a impresionado a través de muchos años de ministerio es el episodio donde dos futuros discípulos le preguntan a Jesús, “Maestro, ¿dónde moras?” Jesús responde a la pregunta con una invitación, “Ven y ve” (Juan 1:39). La historia culmina con una placentera estadía de estos dos discípulos con Jesús toda una tarde. Esa reunión llegó a ser la primera comunidad cristiana, el primer grupo pequeño. Esto me toca personalmente porque considero un honor ser invitado a una casa a pasar unos momentos de agradable conversación con amigos o con extraños. El resultado es siempre el mismo, una experiencia de familismo, Koinonía, una celebración de confraternidad.
Con esta nueva modalidad de procedimiento, Jesús pone las bases de su nueva iglesia, le pone una fundación de naturaleza funcional a su nuevo movimiento. Será una sociedad basada en el concepto “diada,” dos individuos que se relacionan guiados por una misión y propósito especifico. Jesús introdujo esta relación dual a los lideres judíos mientras lo acusaban de sanar a un hombre en sábado. “Jesús les dijo: De cierto de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el hijo igualmente” (Juan 5:19). Nota la incisión de la palabra “igualmente” en el párrafo, esto no es un accidental. Jesús sigue diciendo, “Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace ...” (ver. 20).
En la diada cristiana, uno es maestro y el otro es un discípulo. El primer discípulo de la iglesia no fue Juan, o Andrés o Pedro; fue Jesús y su Padre fue el primer maestro. Eventualmente Jesús establece sus propios discípulos llegando él mismo a ser el maestro. Los discípulos entonces salieron a formar otros discípulos, convirtiéndose en maestros y así sucesivamente la iglesia crecía y se aumentaba en numero. Este efecto de domino debía de seguir hasta el fin del tiempo. Obstaculizar este proceso o detenerlo significará la muerte para la iglesia. Comunidad es para la iglesia lo que agua es para un pez.
Con estas verdades en mente la división norteamericana lanzó un proyecto muy ambicioso, el de formar 15,000 grupos pequeños a través de las iglesias Hispanas de la gran nación Estadunidense y Canadá con el propósito de formar comunidades pequeñas evangelizadoras que trabajarán unidas hasta el “Día del Señor.” La idea inmediata es la de invitar a los grupos pequeños formados a buscar a cinco personas por las cuales podremos orar, amistar y eventualmente invitar a un grupo pequeño. Durante la semana santa del próximo año vamos a tener una reunión por el internet a través de la página www.vidagps.org, donde el pastor Alejandro Bullón presentará una serie de tópicos especiales desde la sala de un hogar donde estará congregado un grupo pequeño. Los pastores y líderes de grupos pequeños a través de toda nuestra Unión han recibido los códigos necesarios para poder entrar a la transmisión. Te invito a que no te quedes afuera, únete a un grupo pequeño. ¡Determina formar parte de este lanzamiento evangelístico que transformará tu vida, tu familia, tú iglesia y tú comunidad!