“Gracias a Dios y a Uds. crecí espiritualmente.”
“El retiro fue de gran bendición para mi vida.”
“Fue muy corto.”
“Aprendí mucho.”
“Continúe con temas teológicos y prácticos.”
“Los temas sicológicos son muy necesarios.”
Estas son algunas de las frases que los pastores de nuestra unión expresaron refiriéndose al reciente retiro de pastores que se llevó acabo el pasado Septiembre en las bellas instalaciones del Resort at the Mountain en Welches, Ore. El ambiente fue casual, amistoso y muy espiritual. Hay una especie de atmosfera única que se crea cuando los pastores de los diferentes campos de nuestra unión vienen a orar, alabar, adorar, convivir y socializar juntos.
Nuestro orador principal fue el Dr. Enrique Báez, pastor de la Iglesia Hispana de Forest Grove, Ore.; quien nos inspiró, nos desafió y nos motivó con mensajes inspirados del libro de Jonás. En una manera magistral escolástica, el Dr. Báez señaló diferentes paralelismos entre la actitud de Caín y Jonás que los llevó a ambos a alejarse de la voluntad de Dios y ultimadamente tomar actitudes “anti-divinas y espirituales.” Utilizando el método de investigación bíblica intertextualización, Báez conectó el libro de Jonás con varios aspectos históricos del libro de Génesis, el Pentateuco y los Salmos con aplicaciones transformadoras para nuestros obreros.
Se subrayaron varias ideas ministeriales tales como el hecho que tenemos un Dios que hace énfasis en la inclusividad en su trato con los seres humanos. No se le da importancia al concepto de nacionalidades en el libro de Jonás. La promesa que Dios le dio a Abraham fue de hacerlo una “bendición a todas las naciones” (Gen. 12:3). Esta promesa también incluye a aquellos que pensamos que no deberían de recibir la bendición de la salvación; como nuestros enemigos — los Asirios. El estudio de este pequeño libro no nos permite ignorar el hecho que a través de la narrativa los “mundanos” son más receptivos a la voz de Dios que aun su misma iglesia; hablando del contraste entre la actitud de Jonás y los Asirios. “Los paganos oran a Dios” — dijo Báez, “Los marineros oran a sus dioses y terminan orando al Dios verdadero, pero Jonás el ‘profeta de Dios’ no clama.”
Al final del día Dios es un Dios soberano; el tiene la última palabra y su llamado especialmente hacia las personas que El escoge para que le sirvan es irrevocable. Jonás puede negarse, huir, esconderse; pero Jehová lo persigue controlando elementos del mar y tierra para alcanzarlo, hasta que el llega a ser un profeta obediente; no un discípulo entregado a Jehová necesariamente, pero obediente. El llamado de integrar personalmente el mensaje que predicamos y de vivir lo que predicamos fue reforzado. Como pastores fuimos recordados que al final de la historia, Dios salva a toda una nación a través de un profeta rebelde; tal como lo hace hoy en día al salvar a gente que El ama a través de instrumentos imperfectos.