Zapatos con Esperanza

No se nos había ocurrido antes. No fue una idea originada en alguna mente brillante; mas bien estoy convencido que fue un regalo directamente instruido, proporcionado y gestionado por Dios.

Una tarde, un grupo de donantes se había puesto en contacto con nosotros para ofrecernos zapatos. “No entiendo”, pensé, “no somos zapatería, somos una iglesia”. Pero precisamente allí fue cuando entendimos la gran idea del cielo, que no se nos había ocurrido antes. La idea de llegar a mostrar el carácter sensible de Dios que entiende las necesidades inmediatas y materiales de sus hijos y mas allá de proporcionar solamente lo necesario desea proveer lo eterno. Su amor que salva.

Así, el sábado 18 de Febrero pudimos ver un verdadero milagro, y nosotros como iglesia, estar en primera fila en el gran espectáculo de Dios, sirviendo a mas de mil personas visitantes. El equipo de voluntarios de nuestra Iglesia Adventista en Beaverton, se preparó anticipadamente en diferentes comisiones que incluían el equipo de bienvenida el equipo de registración, el equipo de recepción, el equipo de adoración, el equipo de atención y el equipo de oración. Con entusiasmo nos habíamos planteado el objetivo de que cada una de las mas de mil personas tuviera un contacto personal con por lo menos siete personas de nuestra iglesia y que en cada una de esas interacciones pudieran conocer a su salvador Jesus.

Oramos, hicimos los planes y promocionamos el evento “Zapatos para toda la familia” anunciando que teníamos suficientes zapatos nuevos para mill personas, pero no sabíamos que iría a suceder, es decir, cuantas personas de la comunidad realmente responderían a nuestra invitación. Así que por fe nos organizamos entendiendo que nuestra iglesia solo podría recibir 200 personas y por ello tuvimos cinco turnos donde se tenia un servicio de canto, un mensaje de esperanza de la Palabra de Dios, algunas instrucciones y todo eso en 15 minutos antes de que entraran a la sala donde serían atendidos con una sonrisa calidez especial. Una vez que habían escuchado el mensaje y recibido sus zapatos, el ultimo equipo los acompañaba hasta la salida, no sin antes orar por cada familia y obsequiar libros, DVDs y materiales de contacto. Desde el estacionamiento al llegar y hasta el estacionamiento al regresar cada persona había recibido, calidez, amistad, zapatos, oración y por sobre todo esperanza.

Es triste que nuestras comunidades conozcan nuestras iglesias por ser la gente que no hace nada en Sábado, no come puerco, o cosas así. Pero, ¿que pasaría si nuestras comunidades conocieran cada iglesia Adventista como un lugar donde gente imperfecta sirve a un Dios perfecto que muestra su Amor perfecto a través no solo de sus sermones, sino también de sus acciones? Hoy tenemos la bendición de tener la puertas abiertas de mas de trescientas familias que llegaron hasta nuestras instalaciones buscando zapatos, y salieron con la alternativa de un nuevo Camino, Verdad y Vida. ¡Alabado sea nuestro Señor!

Escrito por Pastor David Paczka, Coordinador Hispano Conferencia de Oregon

Featured in: July 2017

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