Hace un año, justamente en el mes de febrero del 2016, mi esposa, la Pastora Belinda Rodriguez fue llamada a ministrar junto conmigo en el distrito de Vancouver, Wash., en la Conferencia de Oregon.
¡Así es mi esposa es una mujer Pastor!
Pero … ¿qué ha pasado durante éste año? ¿Cómo estamos manejando nuestra vida ministerial y al mismo tiempo un hogar con dos hijos?
Gracias a Dios, hemos sido bendecidos desde nuestra llegada a este país y mis tres iglesias han sido fundamentales para nuestra adaptación. Las servimos en equipo y con mucho amor, siendo estimulados por éstas palabras de la sierva del Señor: “Es el acompañamiento del Espíritu Santo de Dios el que prepara a obreros, hombres y mujeres, para llegar a ser pastores del rebaño de Dios”[1].
Después de que Belinda recibió su llamado, dedicamos unos meses a estar juntos en los mismos lugares, pues, aunque ella había sido esposa de pastor por 19 años, el rol ministerial vino a ser nuevo para ella. Hoy, cada uno cumple con sus propias agendas y compromisos. El trabajo entre semana consiste en visitación, predicación, estudios bíblicos, administración y preparación de materiales. Además de esto, la pastor Belinda dedica un día a la semana para servir en el Centro Comunitario Adventista y es directora del Ministerio de la Mujer para las Iglesias Hispanas. Un texto que le es de inspiración para lo que hace es éste: “En la gran obra de predicar la verdad se necesita la influencia refinadora y delicada de mujeres cristianas”[2].
Los fines de semana hemos tenido que romper paradigmas. Las iglesias requieren ser ministradas, y mucho tiene que ver la presencia pastoral. Así que, mientras mi esposa y mis hijos van a una iglesia, este servidor hace presencia en otra congregación. Aunque fue difícil al principio, pienso que nos hemos acoplado, entendiendo que Dios nos ha llamado a ambos y que nos debemos a la iglesia pero sin descuidar nuestra relación ni a los hijos. Después de un año de trabajar muy duro, donde mi familia no está a mi lado como muchos lo disfrutan, el saber que estamos atendiendo a la grey, que mis hijos Ashley y Abdiel son la mano derecha de su mamá, y lo más importante, que Belinda está cumpliendo su llamado; puedo decir que nos gozamos y damos gracias a Dios cada día.
Que gozo es aceptar el desafío de ministrar en Norteamérica. Tenemos numerosos retos, la compra de un templo en Vancouver entre ellos, pero más aún, aprender a servir con una “asociada” y experimentar un “Ministerio Compartido” como Pastor- Pastora.
Oren por nosotros.
Samuel Castro es el Senior pastor de las iglesias de Vancouver, Woodland y Kelso-Longview, Wash.
[1] White, Elena. Review and Herald (Enero 15, 1901).
[2] White, Elena. Review and Herald (Enero 2, 1879).