El evento de Revive 2014 Youth Retreat fue toda una experiencia. La expresión de WOW!!! Fue general de entre los más de quinientos jóvenes provenientes de cada rincón de nuestra Unión del Pacifico Norte. Los jovenes se dieron cita en el ya conocido lugar de “Washington Family Ranch” el pasado mes de agosto. Cada uno de los jóvenes, voluntarios y staff que asistieron fueron inspirados por la poderosa exposición de la palabra por medio del pastor Carlos Patrick y las inspiradoras alabanzas presentadas por el grupo de adoración “Evidence”.
El liderazgo del campamento se propuso tomarse de la mano de Dios, para poder conectar los corazones y las mentes de nuestros jóvenes con Cristo. Líderes de jóvenes de toda la Unión del Pacifico Norte estuvieron unidos y la bendición de Dios cayó sobre cada una de las personas que llegaron.
Como líderes, pudimos ver el enorme potencial que tienen nuestras conferencias en el impacto presente hacia nuestra juventud. La unción del Espíritu Santo fue notablemente derramada en cada servicio durante todo el fin de semana. Los lazos de amistad con Cristo fueron reforzados y más de quince almas se entregaron en las aguas del bautismo, mientras que muchos otros jóvenes re-confirmaron su decisión y su pacto de amor con Jesús. Uno de nuestros voluntarios fue un padre que fue con planes de llevar a su hija y a sus amigas al campamento y luego regresar a casa. Al llegar, Marcelo fue cautivado por el ambiente que permeaba entre los jóvenes, voluntarios, y líderes. Fue entonces, cuando hablo con algunos líderes del campamento y pidió quedarse como voluntario junto con su esposa. El sábado por la tarde, mientras el Ptr. Ramón Canals realizaba el llamado al bautismo, Marcelo decidió entregar su vida a Cristo para sorpresa y alegría de su hija, Agostina, la cual había bajado a las aguas del bautismo el año anterior en el mismo campamento.
“Si Dios nos amó cuando éramos sus enemigos, cuanto más nos amará ahora que somos sus amigos.” (Joven Anónimo, WFR) Este pensamiento revela la obra que el Espíritu Santo está realizando en nuestros jóvenes a través del campamento de jóvenes.
¡Que se repita pronto! era el eco que se escuchaba por todo el campamento mientras los jóvenes se despedían para volver a sus hogares. En los próximos dos años tenemos el desafío de apoyar a nuestros jóvenes en las iglesias locales. Debemos darles la oportunidad para que puedan desarrollar sus talentos y liderazgo. Hay un ejército de jóvenes dispuestos a servir. ¡Este es su momento!
Queremos agradecer a cada padre y madre de nuestra Unión del Pacifico Norte por comprometerse en la misión que la unión tiene con sus hijos. Sin el apoyo de cada familia, voluntario y líder local de nuestra unión esto, no hubiera sido posible.