Erika no se sentía digna de venir a Jesús. Su pasado era tan triste y tan feo que ella pensaba que Dios no la amaba. Erika nació en un hogar disfuncional. Desde pequeña su vida había sido muy complicada. Tan pronto su padre supo que su madre estaba embarazada, la abandonó y no volvió a verla hasta que Erika cumplió los 12 años de edad. No solamente se sintió abandonada por su padre sino que también se sintió abandonada por su propia madre pues ella tuvo que viajar a los Estados Unidos para trabajar y ganar el sustento de su familia. Erika se sentía sola y triste. Abandonada por su padre y separada de su madre. Buscando el amor que no encontró en su hogar, Erika trató de entablar una buena relación amorosa con su novio. Pero esa relación tampoco funcionó. Cuenta Erika, "Mi vida fue tan triste que desde niña tenía pensamientos suicidas. Después de sentir que no valía nada y que ninguna de mis relaciones funcionaba, solo quería morir. Ese era un secreto que mantenía en mi corazón. Yo solo quería estar muerta. Pensé en muchas maneras de quitarme la vida." Erika sabía que existía un Dios, pero no entendía ¿por qué Dios nunca escuchaba sus súplicas? Sin embargo, ella estaba equivocada. Dios siempre escucha a sus hijos. Erika empezó a estudiar la Biblia y se enamoró de Jesús. Ella fue una de las primeras personas que fueron bautizadas en la campaña de evangelización realizada en la Iglesia de Tacoma durante el mes de Septiembre. Erika nos cuenta, "En mis momentos de desesperación yo le preguntaba a Dios, ¿Por qué me permites vivir? Yo no quiero vivir. No tengo las fuerzas, ni el deseo de seguir viviendo. Si es que quieres que siga viviendo dame un motivo para seguir. En mi egoísmo no escuchaba su voz que me decía, ''ese motivo soy yo, ámame, yo no te decepcionaré. No te traicionaré, no te dejaré sola. Yo te daré el hogar que tanto deseas, te daré vida eterna. Sólo abre la puerta y confía en mí." Y desde que le abrí la puerta a Jesús, he comenzado a sentir una alegría y una felicidad que nunca antes había sentido. Estoy feliz por haberme bautizado."